Ir al contenido

Por qué tu proyecto necesita entender la diferencia entre Detector de Movimiento y Detector de Presencia.

La automatización de la iluminación no es solo cuestión de eficiencia energética; es una pieza clave en la experiencia del usuario. Analizamos la tecnología detrás de los sensores que nos "ven" incluso cuando estamos quietos.
16 de diciembre de 2025 por
Por qué tu proyecto necesita entender la diferencia entre Detector de Movimiento y Detector de Presencia.
Carlos Tortosa

La importancia de entender la diferencia entre sensores.


Todos hemos vivido esa escena. Estás concentrado en tu escritorio, leyendo un documento importante, o quizás en un momento de calma en un baño público. De repente, la oscuridad. La luz se apaga automáticamente. Segundos después, te encuentras agitando los brazos exageradamente en el aire, como si intentaras llamar la atención de un náufrago, solo para que la luz vuelva a encenderse.

Esta situación, tan cómica como frustrante, es el síntoma de una elección tecnológica inadecuada en el diseño de iluminación.

En Onok Lighting creemos que la mejor tecnología es la que se vuelve invisible. La iluminación debe anticiparse a las necesidades del usuario, no interrumpirlo. Por eso, es crucial para arquitectos y diseñadores de iluminación entender una distinción técnica fundamental que a menudo se pasa por alto: la diferencia entre un sensor de movimiento y un sensor de presencia.

A simple vista parecen lo mismo, pero su impacto en el confort de un espacio es radicalmente distinto.

El Guardián del Paso: El Sensor de Movimiento (PIR)

El escenario del "baile de manos" que describíamos al principio es típico de un sensor de movimiento estándar, generalmente basado en tecnología PIR (Infrarrojo Pasivo).


Estos dispositivos son excelentes para lo que fueron diseñados: detectar grandes desplazamientos. No "ven" a la persona; detectan cambios bruscos de temperatura (el calor corporal moviéndose a través de su campo de visión).


¿Por qué fallan cuando estás quieto? Si te sientas a trabajar con el ordenador, tu calor corporal se vuelve estático para el sensor. Al no haber una variación térmica significativa en sus zonas de detección, el sensor asume que el espacio está vacío y corta la luz.


Su lugar ideal: Son perfectos para zonas de tránsito rápido y esporádico: pasillos largos, escaleras de emergencia, garajes o almacenes. Espacios donde la gente está siempre en movimiento.

El Observador Silencioso: El Sensor de Presencia (Alta Frecuencia/Radar)

Aquí es donde entra la tecnología más "elaborada" que muchos usuarios empiezan a notar en oficinas modernas y hoteles de alto standing. Son los sensores de presencia, que utilizan tecnologías activas como la Alta Frecuencia (HF), Microondas o Ultrasonidos.


Estos sensores funcionan de manera similar a un radar. Emiten ondas que rebotan en el entorno y analizan el eco. Son extraordinariamente sensibles, capaces de detectar micro-movimientos.


La revolución de la "Presencia Verdadera": Aunque creas que estás completamente inmóvil, tu cuerpo no lo está. Tu caja torácica se mueve al respirar, tus dedos hacen pequeños gestos sobre el teclado, incluso tu corazón late. Un buen sensor de presencia detecta estos movimientos vitales sutiles.


El resultado: Mientras estés en la habitación, respirando, la luz permanecerá encendida. No necesitas saludar al sensor. Él sabe que estás ahí.


Una diferencia clave en el confort del espacio


La automatización de la iluminación no va solo de ahorrar energía, sino de mejorar la experiencia del usuario. Y en ese punto, elegir bien el tipo de sensor marca la diferencia.


Todos hemos vivido la escena: estás concentrado trabajando o en un momento de calma… y de repente la luz se apaga. Empiezas a mover los brazos para que vuelva a encenderse. Puede ser gracioso, pero es un fallo de diseño.


En Onok Lighting creemos que la mejor tecnología es la que no se nota. La luz debe acompañar al usuario, no interrumpirlo. Por eso es fundamental entender la diferencia entre sensores de movimiento y sensores de presencia.


Sensor de presencia (Alta Frecuencia / Radar)

Funciona como un radar. Emite ondas y analiza su rebote, detectando micro-movimientos como la respiración o pequeños gestos.


  • Resultado: mientras estés en la estancia, la luz permanece encendida. Sin gestos exagerados.


  • Ideal para: oficinas, salas de reuniones, bibliotecas, hoteles o baños.

Sensor de movimiento (PIR)


Detecta grandes desplazamientos mediante cambios de temperatura. No “ve” personas, detecta calor en movimiento.

Cuando estás quieto —sentado, leyendo o trabajando— deja de percibir variaciones térmicas y apaga la luz.


Ideal para: pasillos, escaleras, garajes o zonas de paso continuo.



Diseñar bien es elegir bien



Usar un sensor incorrecto genera molestias. Un PIR en una oficina provoca interrupciones constantes; un sensor de presencia en un pasillo puede ser innecesario y difícil de ajustar.


El diseño de iluminación inteligente no trata solo de luminarias bonitas o buen rendimiento lumínico, sino de cómo la luz interactúa con las personas.


Cuando la exigencia es alta, la tecnología debe estar a la altura. Esa es la diferencia entre un espacio simplemente iluminado y uno verdaderamente bien diseñado.

La decisión de diseño: Eficiencia sin sacrificar el confort


La elección entre uno y otro no es trivial; define la calidad del espacio.


Instalar un sensor PIR básico en una oficina diáfana, una sala de reuniones, una biblioteca o un aseo es condenar al usuario a interrupciones constantes. Por el contrario, utilizar un sensor de presencia de alta sensibilidad en un pasillo de paso puede ser una inversión innecesaria y, a veces, compleja de calibrar (ya que su señal puede atravesar tabiques ligeros o puertas).


El diseño de iluminación inteligente no trata solo de elegir la luminaria más bella o con mejor rendimiento cromático; trata de cómo esa luz interactúa con quien la habita.


En los proyectos donde la exigencia es máxima, la tecnología de detección debe estar a la altura. Garantizar que la luz acompañe al usuario de forma fluida, tanto si cruza un vestíbulo corriendo como si está inmerso en la lectura de un libro, es la diferencia entre un espacio simplemente iluminado y un espacio inteligentemente diseñado.