Explora cómo la elección de luminarias puede definir el ambiente de tu hogar, oficina o proyecto arquitectónico con estilo y funcionalidad.
Cuando hablamos de iluminación arquitectónica, una de las decisiones más frecuentes (y cruciales) es esta:
¿Luminarias empotradas o superficiales?
Ambas opciones pueden transformar un espacio… pero de formas muy distintas.
Aquí te ayudamos a descubrir cuál encaja mejor con tu proyecto. Y sí, también cuándo conviene mezclar las dos.
Iluminación empotrada: invisible pero poderosa
¿Qué es?
Son luminarias que se instalan dentro del techo, la pared o incluso el suelo. Solo ves la luz, no el cuerpo (o casi).
¿Por qué elegirla?
Diseño limpio y minimalista.
Ideal para espacios modernos o de estilo técnico.
No roba protagonismo a otros elementos del espacio.
Perfecta para techos bajos.
¿Empotrada significa invisible?
No necesariamente. Aunque muchas luminarias empotradas quedan completamente enrasadas y “desaparecen” en el techo o pared, no todas están 100 % ocultas.
Algunas tienen un marco visible o un diseño más profundo que deja ver parte de la luminaria. Lo importante es que siempre van integradas en la superficie, pero su visibilidad depende del modelo y del efecto buscado.
Iluminación superficial: la luz que se ve (y se disfruta)
¿Qué es?
Luminarias que se montan directamente sobre techos o paredes. Son visibles… y eso también tiene su encanto.
¿Por qué elegirla?
Instalación rápida y directa.
Estilo visible: puedes jugar con formas, acabados y materiales.
Cambios o mantenimiento mucho más sencillos.
Ideal para reformas o techos de hormigón.
Ojo con esto:
Puede recargar visualmente si no se elige bien.
Necesita una buena integración estética.
Algunas proyectan más sombra si no están bien ubicadas.
¿Cómo saber cuál elegir?
Empotrada = integración.
Perfecta si buscas una luz discreta, funcional y sin interferencias visuales.
Superficial = expresión.
Ideal si quieres que la luminaria también sea parte del diseño, con carácter y presencia.
Pregúntate esto antes de decidir:
¿Qué estilo tiene el espacio?
¿Hay falso techo disponible?
¿Busco algo neutro o decorativo?
¿Voy a necesitar cambiar la distribución más adelante?
¿Qué presupuesto tengo?
El truco está en combinarlas
Sí, puedes (y deberías) usar ambas.
Una estrategia muy común:
Usa empotradas para la iluminación general, creando una base uniforme.
Añade superficiales donde quieras crear acentos visuales o reforzar el estilo (como apliques, carriles o plafones decorativos).
Este juego de capas no solo enriquece el ambiente, también hace que el espacio sea más versátil y cómodo.
Las luminarias empotradas y las superficiales tienen funciones, estilos y ventajas diferentes. Ninguna es mejor que la otra: todo depende del proyecto, del espacio y del efecto que busques.
En Onok Lighting te ofrecemos soluciones para ambos mundos, con productos técnicos, decorativos y versátiles, pensados para adaptarse a cualquier tipo de arquitectura.